Monday, March 08, 2010

Mujercita

Cuando me dijeron que ibas a ser mujer pensé en qué difícil sería. Pequeña, es un reto ser mujer en este mundo, algunos le echan la culpa a las manzanas y las serpientes. Pensé en aquellas mujeres que fueron quemadas por la ignorancia. Alégrate, tenemos un pasado místico y valeroso detrás de nuestro sexo débil. Típica definición de un diccionario que escribió un hombre que no quiso a su madre. Cuando supe que ibas a ser mujer pensé en tu abuela que sabe madrugar para que no le pongan tardanza por dar un poco de amor extra a la ingratitud, pensé en mis abuelas que nunca pisaron un colegio y en mi bisabuela que tuvo que huir para que ya no le pegara el ser que le juró amor eterno. Pensé también en las mujeres que no le tuvieron miedo al trabajo duro del campo y a la rutina agobiante de la calle. En aquellas señoritas que decidieron decir NO y marchar para que su opinión mereciera ser escuchada. En las mujeres que piden paz para que este mundo no se destruya antes que sus hijos puedan disfrutarlo. En aquella legión de espaldas que recibieron piedras, fuego y vergüenza por tratar de ser escuchadas por una sociedad que no puede comprenderlas en su totalidad. Sí, es cierto, pequeña, somos frágiles a veces no somos tan fuertes como un hombre y nos gusta que nos cedan el asiento en la combi. Es cierto también que a veces somos muy volubles e histéricas, pero eso se debe a que tenemos un don llamado útero que nos dio alguien muy superior a esas comunidades que nos relega a un comercial de cerveza o de detergente. Pensé también en esas jóvenes que decidieron quemar sus sostenes y usar pantalones para ir a la Universidad. En esas ancianas que cuentan cómo siguieron al esposo para construir distritos enteros y así mismo nunca se equivocaron en las compras del mercado. Dicen que nuestro día es el 8 de marzo porque recordamos a las 147 mujeres quemadas en una fábrica, pequeña, todos los días una mujer muere violentada en este mundo, recuérdalo y valora cada día de vida que tengas. No sabes cuántas mujeres fueron amordazadas, arrestadas, golpeadas y asesinadas para que nosotras podamos caminar con la ropa que nos gusta, cumplir sueños, crear empresas y elegir bien o mal a nuestra pareja. Cuando me dijeron: ¡Felicidades, es una mujercita! Pensé en mis alumnas que también son unas mujercitas y que no puedo hacer nada por ellas en esta Odisea que es el crecer, salvo enseñarles comunicación y mostrarles lo importante que son. En tu primer día de la mujer, pequeña, sólo me queda decirte: Es difícil, pero es un honor.


la lámpara azul

la lámpara azul