Tuesday, March 19, 2013

shhh

Ella no necesita hablar para mostrarme el mundo, en sus ojos puedo ver cada palabra que su boca no se anima a pronunciar.

Cuando mi hija estaba en mi vientre tenía miedo de que cuando naciera no supiera reconocerla entre tantos bebes que habría en el cunero, se me venían a la mente comentarios de viejas que decían que te cambiaban a los bebes en el hospital y decidí que cuando ella naciera le miraría todos los lunares de su cuerpo para reconocerla y evitar que me la cambiaran. Pero apenas la vi la cara cuando la enfermera me la entregó, supe que nunca podría olvidar su mirada, no tiene mi mirada ni la de su padre: Tiene la mirada de mis sueños. Esa mirada ha alegrado mi vida y me ha destrozado el alma todo este tiempo. Supongo que criar a un hijo es un vaivén de emociones de la cual no se puede prescindir. He leído tantos libros, tantas manos y exámenes pero mis palabras están en sus ojos, en esos gritos oculares que intentan ser su voz, me encanta cuando canta y tararea ser feliz con esos sonidos que son mucho más interesantes que conversaciones de seudo poetas que he conocido por allí. Me alegra que las ampollas de mis manos sean por lavar su ropa y que mis arrugas sean por haber llorado tanto cuando se puso mal. Así vale la pena renunciar a la vanidad. Mañana estaré trabajando mientras en su cole le estarán festejando y seguiré trabajando cuando llegue a casa y yo seguiré queriéndola desde el teléfono hasta llegar a casa y con mi poca efusividad de siempre me sentaré a mirarla yo también porque tal vez nuestro amor no está en palabras, aunque de seguro antes de todo pronóstico ella ya me estará hablando y escribiendo y hasta tendré que pedirle que se calle por un momento y entonces recordaré sus silencios. Sólo Dios sabe que yo la amo y amaré así como La Bella y la Bestia (Obvio que la bestia soy yo) como la Bella Durmiente. Como esos cuentos que algún día le contaré, cuentos que le conté cuando sólo le hablaba a través de latidos que yo sé que ella todavía puede escuchar bien.


la lámpara azul

la lámpara azul