Zenón dice:

Ahora bebo de a poquitos
tragos de medianoche
ellos duermen
y yo soy un ser social nuevamente
voy al mercado
cocino
guardo la sopa en el horno
coso las medias rotas
miro la televisión en la tarde
en las noches forro mis libros.
Me vienen a buscar
si no están ebrios, les abren
ahora ya no es necesario
ellos traspasan las paredes, la cirrosis les dio ese poder
Pronto
Esperen
tengo que llevar a papá al hospital, nunca pude heredar su demencia.
Mientras tanto
pido un pantalón rojo
nunca sabrán que deseo extinguirme como alcohol en el suelo
humeante diré
ya suelten mis manos
la medicina para el hígado métansela por el culo
a todos los doctores que dijeron que nuestra familia no estuvo maldita.
Y en las noches de esas
con luna
que tanto les gusta a las niñas ladronas
no distinguirán mis sollozos
de mi tos de oso felino.

El baúl

Si pudiéramos saber con exactitud que Pandora no es más que una niña que fue contratada para abrir cajas finalizaríamos la historia con un poema sin silencios y gatos que pongan huevos cuando las gallinas persigan a las ratas.

Lo bello y lo bestia

Mirar un cuento de hadas es buscar un recuerdo de niñez, olfatear en estos cuentos es parte de la soledad y buscarles una explicación es una cojudez.

Los realistas estarán de acuerdo conmigo al respecto de que muchas bellas lloran por sus bestias y muchas bestias se han comportado como verdaderas bestias haciendo que las bellas se vuelvan cada vez más bestias.

Los románticos tal vez me aplaudan al saber que una bella con las lágrimas más sinceras puede hacer que una bestia se muera. Ahora si se convierte en príncipe o no, sólo las bellas saben de verdad que serán felices para siempre mientras las hadas especulen sobre el amor desde sus trincheras.

sin licencia para volar

Cuando dibujé este árbol creía que la poesía era redentora...

Aves rojas miran al gato ciego

Un atardecer sólo para los que creen que es mejor volar.

Alumbrado público

Luna ¿Qué esperas? Ven por mí, yo no creo en las almas gemelas, sólo en las que se parecen, como las nuestras en esas noches.

Lloro con la música criolla pero...

¿Pedías dulces en Halloween? No, nunca y no es porque fuera una criollaza, sino porque en los 80´s de mi infancia crecí en una burbuja. Tocan a mi puerta unos niños con disfraces descoloridos y siento envidia, yo también quisiera salir a pedir dulces sobretodo chocolates y disfrazarme de Peter Pan, aunque por mis formas me digan que más parezco Campanita. El Halloween para mí significa brujería y disfraz. Por eso digo que es mi día, porque soy una bruja, sólo soy princesa para mis padres. Soy una bruja porque no tengo una edad definida, puedo engañar a cualquiera con mi cuerpo y mi voz., puedo ser una anciana o una adolescente con el corazón de una niña dulcemente tenebrosa. Además tengo gran afición por los gatos y la cocina. Puedo curar el alma de los que quiero con mis chocolates y conjurar a la soledad con la música de mi paleta. Para volar no necesito de una escoba, mis libros ayudan bastante y la poesía me manda al espacio como bala de cañón, pero debo confesar que muchas veces barriendo mi casa he volado alto imaginando qué se sentirá … hasta que un grito ¡Apúrate, floja! me hacía dar cuenta que hasta la bruja de los cuentos tiene mamá. Hoy me disfracé de Miss Elsa, de amiga, de hermana y es agotador tanto que apenas pude me dormí profundamente para soñar con el tenebroso mundo de Jack porque es allí donde pertenece mi alma de niña fuera de temporada, el mundo de las más tiernas y absurdas sombras, donde puedo correr libre con alas de petate marchando hacia encuentros y desencuentros con la fugaz e inextinguible magia de los juguetes.