Miras con atención
mi lenta danza.
Tan oriental.
Tan inmóvil.
Puedes coger cada movimiento
de mis manos afiladas,
la lentitud de mis párpados
En esta danza
tan interminablemente lenta
fotografías cada caída de mi cuerpo
mi piel de aire
y los ojos oscuros
todo
absolutamente todo
está ahora en tus ojos.
Se va cayendo uno a uno
los velos harapientos de cantina
y mi cuerpo se muestra,
descubres mi utilidad
y lo piensas.
Ahí estás tú
Voyeur
lejano
mirando a la chica de la danza.
¿Qué importa que sea una vulgar nudista?
Una apátrida sin suerte
que se deshace en una danza.
Tan cauta
tan dócil.
El fotógrafo sólo toma fotografías ´
y tu nombre explota
en mi boca.
Ágilmente entonces
continúo una danza tortuosa
y me miro en tu expresión
a través de la densidad de los velos
que censuran y disipan mi imagen.
Acabo
sigues ahí
sólo mirando
el final de una danza
tan anónima y convulsa
como yo.