No soy una maestra, sólo soy una profesora que dibuja a la luna, pero mis alumnos me quieren y yo también los quiero mucho. Me di cuenta de ello cuando estaba en el hospital convulsionando de dolor y los pude ver, claramente, en el salón. Dicen que cuando uno está cerca de la muerte busca zonas seguras y para mí ese salón de clases con mis chuckys bulleros era mi zona segura.
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