“Hiciste bien en irte lograste hacer lo que querías. Cuando te llamo me responden siempre mujeres diferentes. Pero hasta ahora nunca he oído una voz que te ame de verdad. Lo habría notado, ¿sabes? Y sin embargo, me gustaría verte acompañado que te enamorases. Tu vida está allí, aquí ya solo hay fantasmas. Olvídalo Toto”
Le dice la madre a Toto en una de las escenas finales. La historia de Cinema Paradiso se sintetiza en la lucha contra la nostalgia, el objetivo es vencer al gigante del pasado. Dejar partir los recuerdos que no te dejan avanzar. Toto no puede volver a amar porque su corazón quedó prisionero de Elena, porque fue el primer amor, ese amor bello y sano que no pudo ser. Aunque la vida continuó el corazón de Toto anhelaba el Cinema Paradiso, lugar de su infancia y juventud donde nacieron sus inquietudes y sus pasiones que luego lo llevarían a ser un exitoso director, pero el éxito nunca le pudo dar la felicidad que le dio Elena.
Los recuerdos se deben demoler como ese viejo cine para que dejen de doler. Pero allí están intactos en el dormitorio de su vieja casa materna y aunque pensó haber olvidado apenas vio las imágenes de su antigua cámara se da cuenta que su corazón se quedó allí. Alfredo, su figura paterna lo sabía, conocía el corazón de Toto y le deja como herencia las imágenes censuradas de algunas películas que él siempre quiso ver. Que en realidad son besos de los protagonistas de varias películas y Toto sonríe pues Alfredo le dice con este acto que se debe debe dejar ir hasta lo más hermoso si es que eso nos impide avanzar. Termina tu película.
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